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Alcalá de Henares acogió la 3ª Jornada de Formación a Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares

Los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) poseen una serie de características que los diferencian de los anticoagulantes orales clásicos1[i]: no requieren un control rutinario de la coagulación para el ajuste de la dosis, el efecto anticoagulante es previsible y reproducible, tienen un inicio y final de acción rápidos, la probabilidad de interacciones medicamentosas es escasa, ausencia de interacciones del fármaco con los alimentos y posología independiente de las comidas o de restricciones de la dieta2.  Además, la existencia de un ACOD con agente de reversión que permite revertir de forma inmediata, específica y sostenida los efectos anticoagulantes del ACOD asociado y mejora el grado de control de la anticoagulación ante situaciones de urgencia excepcionales. Tema sobre el cuál se ha centrado la intervención de diversos especialistas durante la 3ª Jornada de Formación a Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares, organizada por la Asociación de Pacientes Anticoagulados (AMAC), con el apoyo del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y el Servicio Madrileño de Salud.

En este sentido, la jefa del servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Pilar Llamas ha avisado que, aunque estos fármacos no precisen un control "tan estricto" como los anticoagulantes clásicos hay que ser "muy cuidadosos" en cuanto a la adherencia. La especialista también ha asegurado que los ACOD han supuesto una ventaja en cuando a facilidad de uso y eficacia y además considera que “tenemos una gran perspectiva pues las autoridades sanitarias están empezando a estar más proclives a abrirse ante estos nuevos fármacos”.

Por su parte, Montserrat Lázaro Facultativo Especialista de Área de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid ha destacado durante su intervención, que la edad avanzada per se no constituye una contraindicación para la Anticoagulación Oral.  Explica que “con Los Anticoagulantes orales directos hay evidencias de beneficio en el paciente anciano” Lázaro puntualizó que las personas de edad avanzada tienen mayor riesgo tromboembolico y hemorrágico y existen factores influyentes en la decisión de pautar o rechazar el tratamiento con ACOD en el anciano con FANV.

Formación de Pacientes

La Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados (AMAC) considera que el paciente formado es aquel que es consciente de su patología y tratamiento, consiguiendo una mejor adherencia a los tratamientos, mejor calidad de vida y por tanto menor coste para el Sistema Nacional de Salud. En este sentido, el Dr. José Alberto García Lledó, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias ha destacado la necesidad de que los pacientes sean protagonistas de su propio cuidado. No sólo en cuanto a la toma de decisiones, sino también en el mantenimiento de los cuidados crónicos y la detección de signos de alarma de descompensaciones. “La formación de los pacientes en estos aspectos es imprescindible, y ha de depender tanto del sistema sanitario como de ellos mismos como pacientes expertos y asociaciones. Este nuevo rol del paciente es particularmente importante en el caso concreto de la anticoagulación crónica" explica.

Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, destacó que el paciente debe ser un sujeto activo, informado e implicado en su propia patología, advirtiendo que no se debe caer en los brazos del famoso “Dr. Google” y enfatizando que lo mejor es caminar de la mano del profesional sanitario, porque los dos –paciente y enfermero, en este caso persiguen un mismo objetivo.

En este contexto, Juan Manuel Ortiz, presidente de AMAC explica que “esperamos que la Comunidad de Madrid siga colaborando con nosotros en el impulso de este tipo de iniciativas de formación a pacientes y se convierta así en un referente nacional”. El experto, que denuncia la “falta de equidad entre las distintas comunidades autónomas” pide que inviertan “muchos más recursos en la formación de sus pacientes anticoagulados, con el objetivo de mejorar su calidad de vida”.

En España, existen más de 800.000 pacientes que siguen tratamientos anticoagulantes para prevenir tromboembolismos venosos y arteriales, en particular el ictus cerebral y la embolia pulmonar. Sin embargo, las cifras de prescripción de los ACOD que actualmente se manejan en España se encontrarían en torno al 21%.  Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de defunción, en concreto las patologías relacionadas con el corazón son responsables de tres de cada 10 muertes (29,66%) que se producen en el país, por encima del cáncer (27,86%) y de las enfermedades del sistema respiratorio (11,08%), según el último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).